Dos pesebres hechos a mano. Uno hecho de lata cortada y coloreado, mexicano, el otro tallado en madera, de Ruanda. Ambos hechos a mano por manos infantiles, con las flores que he recogido hoy para adornarlos. Nos recuerdan el verdadero espíritu y mensaje de la Santa Navidad del Cristianismo: simplicidad, esencialidad, solidaridad que expresa el amor a la humanidad – no genérico, sino concreto, diario, expresado en cada persona – y respeto a la Madre Tierra. Los ingredientes fundamentales de nuestra salvación. Que entonces son universales, no pertenecen sólo a la Navidad cristiana, son los valores del Renacer en cualquier cultura.
¡Deseo a todas y todos una serena y santa Navidad!